El centro de la ciudad, en particular alrededor del casco antiguo y la zona de Mala Strana, es conocido por sus grandes hoteles ubicados en edificios históricos. Muchos de estos hoteles ofrecen vistas impresionantes a lugares de interés como el Castillo de Praga o el Puente de Carlos.
Para quienes buscan algo más contemporáneo, los barrios de Vinohrady y Smíchov ofrecen hoteles modernos pensados para viajeros más jóvenes y nómadas digitales. Estos hoteles suelen tener diseños minimalistas, bares en la azotea y servicios como espacios de coworking. Praga no es tan cara como algunas capitales europeas, por lo que tu dinero te rendirá más.